Hace días que no escribo y es que ¡yo soy la primera que no respeta a mi propio blog!
Hoy quiero reflexionar sobre el tema de la a mi forma de pensar mal llamada fiesta nacional: las corridas de toros. El motivo es porque este fin de semana, he tenido visita de familiares, procedentes de un país extranjero. Ha estado en casa, Daniel, de 7 años y me han llamado muchísimo la atención sus comentarios sobre el terror que le produce esta costumbre - ¿tradición?- española. No entiende a su corta edad cómo se puede maltratar a un animalito, hasta llevarlo a la muerte. Me avergüenzo de cómo podemos haber evolucionado tanto en unas cosas y tan poco en otras... y que tenga que venir un niño de fuera para sacudirnos y llamarnos la atención con sus opiniones en contra de la crueldad escudada en forma de fiesta nacional, en un país supuestamente del primer mundo.
Y a mí, igual que a Daniel, también me indigna la falta de respeto hacia otros seres vivos.
La viñeta que ilustra este texto es de Forges.