Cuando inocentemente comes perca procedente del Lago Victoria, la realidad esconde una terrible injusticia social, algo que no podrías ni tan siquiera imaginar...
Y no sólo eso, si es que la injusticia social te trae al pairo, lo que ocurre: es la falta de higiene y un pescado que llega a nuestra mesa en estado próximo a la putrefacción. No nos sorprende que por eso cueste tan barato.
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